El mar ejerce fascinación sobre los niños. Después de todo, la imaginación sitúa allí a criaturas increíbles, buques de piratas, sirenas y hasta ciudades sumergidas. Desarrollar una decoración marina en la habitación infantil, por lo tanto, puede resultar una idea muy interesante.
El azul es el color que suele asociarse al mar. El cuarto de los niños debe contar, pues, con una fuerte presencia de este tono. Las paredes pueden pintarse de celeste e incluir una cenefa en azul oscuro, por ejemplo. O las paredes en azul claro y el techo, más oscuro.
Los vinilos decorativos constituyen una excelente herramienta para crear una decoración marina. Podemos encontrar modelos con barcos, tiburones, delfines, buzos y otros motivos vinculados al mar.
Los muebles también pueden sumarse a la ambientación marina. Desde una cama con forma de bote hasta un baúl para guardar juguetes con la apariencia de un barco pirata, las alternativas son numerosas.
Si vives cerca de la playa o viajas a un destino turístico en la costa, notarás que es muy sencillo comprar adornos que nos remiten al mar: embarcaciones en miniatura, figuras de marineros y faros pueden lucirse en el dormitorio infantil.
La decoración marina, por supuesto, también puede incluir elementos propios de la vida costera, como un ancla, un timón, un remo o conchas de mar. Sólo es cuestión de combinar todos los productos de manera armónica para que la estética de la habitación resulte atractiva. Así nuestro hijo podrá imaginar una infinidad de historias de los mares más lejanos mientras juega en la tranquilidad de su habitación.